Una vez estábamos con Marianne en el 7 11, llorando yo por un bad breakup y ella... Bueno, no sé, en esa época llorábamos mucho. Era el fin de la adolescencia. Que se iba con dolor, como no iba a ser de otra manera. Y llorábamos y comíamos torta y de repente vino el mozo y dijo algo y levantamos la vista, los ojos colorados, de entre bolitas de servilleta y pedazos de torta de chocolate y de frutilla (porque nadie estaba para tomar decisiones). La cosa es q levantamos la vista y nos dejo lápiz y papel y pidió nuestros teléfonos para él y otro mozo. No podíamos entender si era una joda o un halago.
Pienso en nuestras caras, en nuestras mandíbulas caídas con sorpresa, el desconcierto con cara de niña mujer-bridget jones. Creo que nos reímos y le explicamos lo obvio: que no había chance, que no estábamos para teléfonos en servilletas ni mucho menos. Insistió, nos dijo que lo dejaba y lo pensemos. Nos fuimos casi indignadas o graciosas no me acuerdo, ya sin llorar, eso sí. Subimos al auto pusimos Persiana Americana a mil y lloramos con ruido. Era nuestro crying soundtrack.