viernes, 22 de enero de 2010

Marianne & Me

Una vez estábamos con Marianne en el 7 11, llorando yo por un bad breakup y ella... Bueno, no sé, en esa época llorábamos mucho. Era el fin de la adolescencia. Que se iba con dolor, como no iba a ser de otra manera. Y llorábamos y comíamos torta y de repente vino el mozo y dijo algo y levantamos la vista, los ojos colorados, de entre bolitas de servilleta y pedazos de torta de chocolate y de frutilla (porque nadie estaba para tomar decisiones). La cosa es q levantamos la vista y nos dejo lápiz y papel y pidió nuestros teléfonos para él y otro mozo. No podíamos entender si era una joda o un halago.


Pienso en nuestras caras, en nuestras mandíbulas caídas con sorpresa, el desconcierto con cara de niña mujer-bridget jones. Creo que nos reímos y le explicamos lo obvio: que no había chance, que no estábamos para teléfonos en servilletas ni mucho menos. Insistió, nos dijo que lo dejaba y lo pensemos. Nos fuimos casi indignadas o graciosas no me acuerdo, ya sin llorar, eso sí. Subimos al auto pusimos Persiana Americana a mil y lloramos con ruido. Era nuestro crying soundtrack.

And the Pulitzer goes to...

S: quiero escribir un libro y pegarla como las de Te pido un taxi.

C: Sof les está yendo relativamente bien pero no la pegaron.

S: ah, es que las ví en Ohlala y eso...

C: es porque tienen amigos en editoriales

S (desilusionada): ah...


C: Cielo Latini, la de Abzurdah, esa la pegó, best seller, ganó plata, si eso es lo que querés decir

S: ah, no lo leí.

C: es el equivalente literario de mostrar el culo en Bailando...