Estoy haciendo un trabajo fino para convencer al mozo chamuyero de Baraka de que soy extranjera y semi muda. Tal vez más que eso. Lo quiero convencer –sin que lo note- de que no tengo los conocimientos necesarios para comprender casi ningún tipo de lenguaje humano. Lo quiero convencer de que soy una alienígena que entiende poco y nada de palabreríos humanos y manejos sociales de una raza tan ajena. Lo quiero convencer de que sólo entiendo y puedo producir los sintagmas o gestos más básicos para pedir un té o algo de comer porque apenitas me explicaron que eso es lo que se hace en un lugar semejante. Quiero que crea que no es que no me importa es que no se me ocurre que pueda ser raro sentarte sola en una mesa gigante.
El mozo chamuyero de Baraka es un personaje en mi blog. Lo que pasa es que el mozo de Baraka no es el único al que pretendo convencer de ciertas cosas.