He decidido que hoy no salgo. Te digo más, he decidido que la gente que sale hoy me resulta moralmente despreciable; la idea de salir hoy me parece CUALQUIERA y me voy a mantener firme. Y te digo todavía más: pienso en la posibilidad de dejar de hablarle a la gente que sale hoy. También pienso en cuanto me gustan mis dos estantes nuevos, llenos de libros prolijamente organizados. Es mucho mejor plan quedarme con ellos, mirándolos, eligiendo el siguiente que salir hoy a algún boliche apestoso o fiesta fiasco.
Aquí mis notas de un viernes en casa:
En mi heladera hay 13 esmaltes de uñas (de los cuales 10 están para tirar) y 6 cremas (de las cuales la mitad debería morir).
Ahora que sé que en cuestión de meses tendré un departamento grande, lindo, luminoso y con amenities, para mi sola, me encapriche con una casa con jardín. ¡Si seré jodida! Ah y mejor si es en otro país, en otro continente, como para complicarla más. Y lo peor de todo: denme un tiempo y la tendré. Muajaja.
Es terrible y odioso como Cinecanal te da apenas una milésima de segundo para leer que viene “a continuación” parpadeas y te lo perdiste. Te podés comer los próximos 15 minutos de propagandas al pedo. Encima con esos nombres homosexuales que les ponen a las películas que NO están ni cerca de los verdaderos, todo se torna muuuy confuso.
Me acuerdo la vez que me puse a llorar en la oficina del decano. Epic, valieron la pena ochocientos años en la facultad para esos 10 minutos de lloriqueos y quejas y “vos no entendés, es que… y además….”
Llegar a agarrar la galletita del frasco, decidir dejarla y no comerla porque “tenés autocontrol”, eso es ser patética.
