viernes, 18 de diciembre de 2009

Be Kind, Rewind

Me preocupa , y no poco, el nivel de intimidad que manejo con los chicos del videoclub.
Me vieron en pijama, con diferentes personajes que, estoy segura, creyeron mis parejas. Me vieron alquilar la misma película varias veces, capítulos de series siempre en desorden, comprar toneladas de golosinas (que ni siquiera son de mis preferidas) varias cajas de pochoclo a la vez, como si una no alcanzara para alimentar a una familia numerosa. Saben perfectamente qué películas vi, quiénes son mis actrices y directores fetiche, (actores no tanto porque siempre fui más de la identificación que del enamoramiento platónico). Y hasta reconocen mi voz cuando llamo por teléfono (me distinguen de mi hermana, con un simple “hola,” cosa que ni nuestros progenitores logran).
Nunca, jamás me cobraron un atraso, o me cobran un día pasadas 9 semanas y media.
No sé sus nombres y cada vez que voy pregunto si son hermanos, y lo niegan y me dicen que ya pregunté y borro el dato automáticamente. Son muuuy parecidos.
Recién llame, me atendió uno nuevo que no me reconció y hasta me trato de usted… En fin, pedí una comedia romántica y pareció desconcertado:


- ¿Ah, pero vos querés llorar un viernes a la noche???


- Eh, no, pero tengo ganas de ver una comedia romántica, ¿algún problema?


- No, pero me preocupa por vos…


- No te preocupes, yo estoy regia, la veo y me voy al boliche.


- Bueno, si querés llorar si o si tenés que ver 500 Días con Ella, te vas a reír, pero al final es dura.


- Ya la ví, no lloré, la ví con un amigo en el cine y yo salí esplendida, el destruido…


- ¡Ah, pero vos no tenés corazón!!! - Se horrorizó


A esto siguió una discusión de alrededor de 15 minutos sobre si la protagonista de la película, y yo, en consecuencia, éramos malas o no, si lo que hace la chica en la película es cruel (analizamos escena por escena, poco menos) y si las películas de amor son pelotudas o no. Nos pusimos de lo más filosóficos, me pregunto de todo sobre mi vida y respondí a todas sus preguntas con la verdad- God knows-….


La charla terminó con un:


Deberías verla de vuelta, te regalamos el alquiler!!! ¡ELLA ES UNA HIJA DE RE MIL PUTAS!!!


¿Qué les pasa a los varones con esa película? ¿Sus peores miedos retratados en un solo personaje? Alguien que me saque la duda, por favor…



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cami:

La veo y te doy mi opinion.
(Quiero pijama party + peli)

C.

Yours Truly dijo...

Leandro y Pablo (el favo, gomina)

CV dijo...

A.K.A. tu pretendiente! jaja

C.Z: Ya tendremos la pijamada con pelicula que usted anda necesitando!

Echale Chimi dijo...

No la vi aun. Tampoco se si tengo muchas ganas de hacerlo. Pero seguro que las mujeres son medias turbias. ;)

Pablo dijo...

El amor a primera vista no es menos real porque no sea retribuido. A veces -la mayoría de las veces- lo que nos conecta con el destino es la tragedia.
Lo curioso es: ¿no deberían sentir el mismo miedo las mujeres que los hombres?
Un amigo alguna vez me dio algo cercano a lo que presumo sea la respuesta: los hombres son soñadores -y no hay excepciones incluso entre los más miserables-; las mujeres sencillamente no sueñan, pero... pueden dar razones para soñar. Ellos buscan llegar a la inmensidad dentro de ellas (claro está, grave error: debería ser a través de ellas, ya que dentro sólo hay hijos).
La diferencia entre una Julieta y una Summer es que una Julieta ve valor en el sueño, lo comparte y lo cree. Una Summer, no. He aquí el lado oscuro de la promesa de la dulzura femenina: la mayoría de las Summer saben que hacen soñar, pero no creen en el sueño. No todas: la mayoría. Para ellas, piedad.
Aclaración: la expresión algo tonta de "dulzura femenina" vale si acaso todavía existe algo así, y no me refiero al simulacro narcisista de las teens de la "Generation Me". Y cuando hablo de hombres no me refiero a los huecos recipientes vacíos que traicionan (a) sus sueños, cuya sangre no tiene gracia derramar.
Si alguien de verdad pierde la fe como parece haberlo hecho Marc Webb, entonces eso sí amerita una lágrima. Las Summers, definitivamente, no.
(El destino no se encuentra en un boliche)