Hace algunas noches insomnes que me dedico a la peligrosa tarea de releer escritos viejos, hasta viejísimos (cinco, seis años atrás es lo más viejo que encontré en formato digital -por ahora). Los hallazgos son muchos y clasificables dentro de las siguientes categorías:
· Pésimos. Deberían ser borrados, eliminados for evaaaa, pero me da pena: si total no ocupan lugar…
· Interesantes y hasta buenos, pero de ninguna manera publicables. (No, no hay chance; harían más mal que bien. Tal vez, más adelante, cinco años más –mínimo- antes de ver la luz o van con sello editorial.)
· Un cache espantoso que no me explico cómo, justo yo, pude escribir with a straight face. Im-pre-sen-ta-ble.
· El último grupo es el más chico y el que no parece tener ninguno de esos cánceres de la edición, así que, con un poco de suerte, publicaré algunos.
Los archivos incluyen mails -muchos de ellos, propios y ajenos. Ese sí que es un viaje, ¿eh? No sé si lo recomendaría: hay que ser muy cauteloso, sobre todo cuando se revisan los X-Files, sobre todo si te sale tan bien como a mí el temita de inventarte historias y sentimientos y creértelos (aunque sea un ratito).
Obviamente, me surgió la incógnita de: ¿escribía mejor antes? No sé, los lectores dirán (paren las rotativas: ¿tengo lectores?). Escribía un poco diferente y un poco igual; eso es seguro y eso es así desde la primera vez que intenté esbozar una letra E, negándome a ponerle solamente tres (3) palitos horizontales (le puse mil, no era una E, ¡era un peine!). En algunas cosas mejoré, aunque todavía hay un largo camino por recorrer, pero hoy puedo decir con orgullo que hago bien
1 comentario:
Je, safe de eso: hace 6 o 5 años, creo, hice una fogata!!
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