jueves, 28 de abril de 2011

It goes like this...

"Forever after, you will recognize those places - previously invisible, indiscernible - where memory pools accumulate. All the waiting areas of hospitals, hospital rooms..."

-Joyce Carol Oates


A veces me pasa una cosa fea que se llama hiponatremia (es una baja del sodio). Suena tonto, pero el sodio es mucho más importante de lo que uno creería y si te baja también el potasio peor (me pasó eso). Los síntomas son parecidos a cuando te baja la presión, pero persistentes y además te ponés muy triste porque afecta al Sistema Nervioso Central. Por suerte soy muy consciente de mi cuerpo y me doy cuenta rápido cuando me pasa algo y qué es.

Este año tuve 3 de estos episodios, este es el cuarto. Son así: Voy a la guardia, me sacan sangre, se me pone todo negro y me despierto tipo una hora y media después en una camilla donde un médico me dice que de ninguna manera me va a dejar ir a casa así, todas unas cifras, y que me van a poner -todas otras cifras- sodio por suero y bla bla y si mañana estoy mejor me puedo ir y no el proceso no puede ser más rápido y qué bueno que te diste cuenta rápido porque el paso siguiente es paro cardíaco. Llamo a madre o hermana para que me traigan cosas. Después viene convencer a una enferma de que me traiga muchas botellitas de agua, me ponga el suero en la mano aunque duela más porque en el brazo me da impresión y mis brazos ya parecen de heroinómana. Convencerla de que no me haga comer comida fea de hospital, que si puede ser fideos con manteca y ese flan que tienen que no está nada mal. Ah también convencer a todos que no me hinchen con la religión, porque todo esto pasa en el Mater Dei o convencer al cura de que soy judía Y el Anticristo, porque es divertido, pero sólo lo hice una vez porque no suelo estar de humor. Igual suelo pedir que me saquen la cruz porque es de esas que vienen con Jesús pegado todo lastimado y me freakea. El cuadro de la virgen que sé que está por ahí me lo banco. Después es otra vez convencer a las enfermeras de que puedo ir al baño sola y si una me cae notablemente mejor convencerla de que sólo venga ella y decirle que me encanta su pelo.

Al otro día siempre es un lío porque cambió el médico de turno y yo estoy muy ansiosa porque me vengan a sacar sangre y me dejen ir, ya no aguanto más. Para esto me paro en la puerta del cuarto tipo manifestación pacífica con el palo del suero y espero a que pase el nuevo médico de turno para interceptarlo y poder irme.

Al rato me dejan ir y llamo a alguien para que me venga a buscar. Fin.

5 comentarios:

NiCoLe dijo...

JO!
se lee divertido todo el asunto, pero sólo cuando se lee. Supongo que por la fuerza de la costumbre uno comienza hacer chistes sobre sus propios padecimientos, más cuando se es joven aún. A mis 22 años he pasado más tiempo del querido y del recomendado por cualquier organización de salud, en citas al doctor, consultas, hospitalizaciones, realizándome exámenes y operaciones. Es la suerte de algunos: ¡¡estar salados de por vida!! Pero de otra forma ¿qué tanta acción tendría en ella?

Nicolás Pedretti dijo...

que raro eso, pero me gustó el tex. No hay más que vida diaria.

Oli dijo...

Hola,,, sos una genia! Jajaja Lo leí como si fuera un relato más, y me encantó. Lástima que te pasen esas cosas pero vos seguí escribiéndolas!

(:

CV dijo...

gracias! ♥

juamshii dijo...

me encantó <3 de verdad, re lindo