martes, 9 de octubre de 2012

La guerra de los mundos


Te compraste un diamante que no brilla,
Un ruiseñor que no canta,
Un caballo que no cabalga,
Azúcar que no sala
Y sal que no endulza.

Tenés 17 pero pagás las cuentas.
Vivís solo pero no hacés lo que querés.
En el libertómetro te da mucho peor que a él
Y mejor que a un preso.

Vas a trabajar temprano todos los días
Y un deber ser gigante y monstruoso te persigue.
Ojalá que no te atrape la ola japonesa enorme.
Ojalá tus papás te hubieran dicho cómo se hacía,
Cómo se hacía para ser libre.

4 comentarios:

Constanza dijo...

se miraba la vidriera nena

Anónimo dijo...

es hermoso. me emocionó un poco. escribí más, me encanta leerte!

Anónimo dijo...

jknadnajskdnas

Anónimo dijo...

jknadnajskdnas