La Otra Televisión Basura (¿la que nadie está mirando?)
Uf, esa es la que me copa, me encanta, casi diría que me excita y me llena, pero es justamente lo contrario lo que produce el efecto deseado.
Esa que miraría durante días en un cuarto de hotel con mucho blanco, mi mente en blanco (Mission Imposible Nr. 14). Horas de horas, jornadas completas de Millionaire Matchmaker y cuanto reality surrealista haya en el cable yanqui.
Todas esas películas hechas para televisión que me copan. After schools specials, los-quiero-todos. Drogas, alcohol, embrazo adolsecente, bailarina anoréxica, bailarin mujeriego, mandame todas. Una atrás de otra.
Todas esas hechas por todas esas rubias antes de ser esas rubias (si, hablo de Reese y Kirsten, incluso Molly, entre otras, pero de su vida A.C., que el mundo que no sabe ver tele desconoce). Algún ratito de un talk show -porque mucho no me banco. Nada intelectual cuanto peor, mejor; aunque ahí sí que trazo una línea y los que vienen y van los cornudos son demasiado para mi, los dejo para los paladares negros de la tv.
¿Si te rompen el corazón, no? Y te encerrás en el cuarto de algún Hilton lindito y blanquito, pantalla plana y sintoniz'as los realitys de Mtv o VH1 (desde Made hasta The Hills, The City, pasando por los de citas, y todas las otras versiones de frnkjf Beach). Bueno, si pasa eso, ¿qué onda? ¿Te recuperás en tiempo record? ¿Se te borran los recuerdos como en Eterno Resplandor?
Mi corazón está sin agujeros, enterito. Pero te digo que miro a las Real Housewifes de dónde sea y me hacen el día. Me siento Wonder Woman meets Einstein, meets Steve Jobs. Pure fiction, I know, el efecto dura solo los 20 minutos que dura el programa.