miércoles, 12 de mayo de 2010

Good news for the people who love bad news

Creo que hay un límite a la cantidad de malas noticias que se pueden recibir en una semana, un mes, un año, una vida. Un límite a la cantidad de agujas que te pueden clavar en diversos lugares antes de volverte un colador. Un límite a la cantidad de pastillas y sus espantosos “efectos secundarios” (que de “secundarios” no tienen nada). Hay un límite a lo que podés *tolerar* en un mes, un año, una vida. Un límite a la cantidad de veces que podés decir: “Deja, no lo entenderías, nunca lo vas a entender. Por favor dejamé sola.” Incluso hay un límite a la cantidad de veces que podés pensar que justo cuando parecía que no las cosas siempre pueden empeorar

Nada, eso, que está TODO mal. Encima resfriada y también hay un límite a la cantidad de visitadores médicos que puedo soportar.

2 comentarios:

calavera de noche dijo...

Forza Cami!
Yo te banco nena.
Besote,
F

P.D. Mi palabra de verificación es pherly, q debe ser como fairly pero más injusta.

Eduardo Martín Gómez dijo...

¿Pan duro para todo el mundo? Macana, la malaría esta generalizada!
"Todo esta mal", es el eslogan de nuestros tiempos. También marca el deseo de cambio: otro aire urgenteeeee

Suerte