“Hoy a la noche voy a ser una estrella de rock”, me dije, o bueno una groupie o algo parecido -cualquier cosa que implique mucho entusiasmo, baile y pelo revuelto. Desde la noche anterior que soñé con el tema, estaba convencida de que ese era el día de mi esperadísimo regreso a las pistas1. Desde temprano supe qué me iba a poner, y tenía un plan –difuso– pero un plan al fin.
No me pregunten cómo después de doce (12!) horas fuera de mi casa (eso es medio día fuera de mi casa y eso es insalubre, como mínimo) y no demasiadas de sueño la noche anterior, las ganas de salir y la loca loca idea se mantuvieron. Pasada la media noche estaba enfundada en mis pantalones de leopardo, subida a unos tacos altos de (very) sexy librerian /bibliotecaría sexy y campera de cuero (con tachas, para qué te cuento si onda me puse todo y es muy obvio) en mano lista para salir.
Manejé rápido con el soundtrack de Pretty in Pink (no other), estacioné, 10 pé por estacionar en la calle me sigue pareciendo una locura. Estoy en la lista de Mongo, sí, pasa por acá, same ol´ same ol´… Muchas caras del pasado, algunas del presente, 0 del futuro. Encontré a Virna Lisi, le dí el cd con información confidencial (sí, había un cd y contenía información *confidencial*). Soporté increíblemente bien a la banda aunque no sean de mis preferidos y hasta bailé un poquito. Ahora: sigo sin entender el pogo, somos todos gente grande ya, che.
Bailé un poco más y hubo momentos de “¡ay boluda, vir, tengo catorce!” y al rato “che, ya fue, yo tengo hambre y sueño.” Sí, también hubo momentos en los que me pregunté si estaría mejor en mi casa leyendo, deben haber sido los zapatos de bibliotecaria, quiero pensar. El Chico Más Lindo del lugar me invitó un trago (un poco a mi pesar). Una parte de música de casamiento que me desconcertó. Un par de juegos de boliche con Virna2. Fin. Me volví escuchando Just Like Honey, que es de esas canciones que me gustaría que nunca terminen.
Llegué a casa famélica y a altas horas de la madrugada, obvio que pensé que el portero me estaba juzgando, obvio que el portero me estaba juzgando.
Rutinas pertinentes. Y me senté en el sillón a desayunar cereales (porque loco ya era casi la mañana y vaya que había hambre) mirando tele. Daban una serie que era como esas películas de universidades yankis, pero hecha serie, el resto todo igual: campus, rubia, fraternidades, sororities, nerds, the usual combo. En este capítulo tocaba el día que van los padres a visitar a sus hijos al campus (dale, no te hagas, todos saben de qué hablo), resulta que el papi de la rubia era sobreprotector y ella toda “Daddy I´m a big girl now”, un toque edípico y se peleaban y ella ya se había peleado con su mejor amiga (que pertenecía a una minoría, affirmative action), después se amigaba con todos menos con otra rubia (porque las dos rubias amigas sería medio worlds colliding, I guess). Tenía una charla con el chico que le gustaba, una charla con el hermano nerd que se había ganado a la otra rubia (bien, pibe) y el capítulo terminaba con ella en su auto dejando a su papá en algún tipo de aeropuerto o similar y el papá que “bueno, ya entendí que sos grande” y se re querían. Yo, como una idiota, pensando en que no estaría nada mal ser esa rubia, una rubia que se hace la tonta pero no lo es (le sale re bien, pero en verdad es re inteligente y obvio straight A’s), el hermano nerd, la reina del campus y bueno, sí, el papá amoroso que le va al Family Day. Y justo antes de que cierre el telón, justo cuando el papá amoroso se baja del auto, a ella se le prende la lucecita del cambio de aceite y ahí me sentí un toque identificada con la rubia y su cara de “uh qué fiaca” mirando por la ventanilla a su papá que se aleja entre la multitud. Pero convengamos que cambiar el aceite del auto es el menor de mis problemas y hace siete (7!) años que me las arreglo bastante bien sola con todos esos menesteres tan masculinos. Pensar que hace siete años que manejo, Dios qué vieja estoy. Al toque vino el infomercial ese de la “molestosa grasa” (qué buen adjetivo inventado, you gotta give it to them).
1: en otra oportunidad hablaremos de mis anteriores aventuras en las pistas.
2: Prometo un post especial con juegos para entretenerse en boliches, bares, fiestas et al.