lunes, 22 de febrero de 2010

Any given Sunday

Ayer fui por última vez a lo de mi papá, a uno de esos asados de domingo que llevan más de diez años en curso. Volví con:

· Mi Mac vieja (“tenéla como plan b”)

· La cabeza un toque quemada, cosa que no es novedad viniendo de ahí.

· Probablemente algún piojo de mis (medias) hermanitas.

· Medio kilo de parfait de naranja en la panza y la resolución de: “dejar de comer como los tres chanchitos, porque no da y se va a empezar a notar, mejor como como un chanchito solo.”

· Corazones de chocolate con ddl, para que el parfait no se sienta solo.

· Los pantalones de cuero más perfectos. Son de la madrastra y ya los había tenido una temporadita, y ahora creo que los tengo para siempre. Ahh son tan lo más que redefinen el concepto de leather pants. Ver para creer. El único temita es que, de momento, me quedan bastante grandes (antes no).

· Un dvd portátil (¿?)

· Planes de: un auto nuevo

· Una caja de vinos: papá me heredó en vida su bodega que tengo que ir mudando de a poco antes de que se la tomen Los Usurpadores (malditos Okupas que se instalan ahí a jugar a las familias)

· Ropa de ski añeja.

· Una carterita de MJ, es decir, otra además de la que llevé puesta. ¡Nueva y brillante! Regalo de la madrastra de su último viaje. La madrastra amenazada de muerte rocks! Big time!

· Ningún sentimiento particular, lo que me llamó bastante la atención.

Había, también, comida especialmente rica y novedosa; por ejemplo blinis, como esos que prepara Francis Mallman en su carpa en el Sur, re ricos, con salmón ahumado y todo, pero sin Francis. No me banco mucho el canal Gourmet pero cuando está Francis lo dejó. Miro a Francis y, como todos los demás televidentes, pienso “Oh! marry me Francis, marry me now and take me to Big Sur with you right away!”. Eso, y se me hace agua la boca y me parece un egoísta Francis por no dejarme probar esos manjares que cocina; un egoísta y un potro Indiana Jones meets Jamie Oliver. Y estás ahí fantaseando con el casamiento con Francis, toda bucólica hasta que… el poema. Uff, cuando viene el poema: “Francis, querido, quiero el divorcio y lo quiero YA! Y tus blinis, adivina qué? No son los mejores que probé!!!”

1 comentario:

My fashion diary dijo...

Mallman... no se si lo amo por la cocina que hace o si lo odio por su poesía berreta... De todos modos no iría al sur con el. jaja que domingo más productivo con todos los regalos que sacaste.
ps. me fascina que publicaste a las 17.17hs