miércoles, 24 de febrero de 2010

Extract from yesterday's email

To: i´ll never tell…

From: Dah, me

Subject: Just Before the War with the Eskimos

Otra cosa más que me pasa con los mails es que los tuyos están re-bien escritos y son muy prolijos; tienen la puntuación perfecta y eso. Los míos, au contraire, son caóticos, desprolijos, desordenados y casi carentes de puntuación. Releí un par y hasta me como palabras -soy “un queso.” Me siento otra vez en quinto grado: vos sos Yasmine Donaldson y yo soy… bueno, yo. Vos tenés el uniforme perfecto, las medias hasta la rodilla, la pollera impoluta, el sweater libre de pelusas, la camisa adentro y ni un pelo fuera de lugar. Yo tengo la camisa afuera (ni siquiera es la camisa del colegio; es una de GAP, que mi mamá jura que es más canchera, pero todavía no lo entiendo e insisto con el escudo y el cuello en v horrible), estoy despeinada y tengo las medias en cualquier lado, la pollera arrugada y algún pin o sticker en el sweater (por mi necesidad de “tunear”/personalizar todo, de la que hablaremos en otra ocasión). Y no está bueno sentirse así, cero onda sentirse así, cero onda quinto grado.

***

De todas maneras, the thing is: mi día -me doy cuenta ahora que lo reveo- fue perfecto. Todo salió muy bien, demasiado bien: el sol me pegaba justo; mi desayuno fue impecable (en el auto, pero impecable: con buena música, sobre Figueroa Alcorta, con auto-felicitación incluida por guardarme el vaso del cine para poder desayunar en el auto, y hacerlo y pensar “qué bien que hice!”). Pasaron más cosas, todo salía bien y era lindo y tranquilo. Almuerzo con Stefy y Martín -mil horas afuera, mucha comida rica preparada teniendo en cuenta mis malcrianzas. Escuchar una conversación muy jugosa de la mesa de al lado (¡anotarla toda y que ni se den cuenta!!!!), mientras esperaba a Stefy que, por primera vez en la vida, llegaba tarde, muy tarde (yo siempre llego tarde y esto me sacó toda esa culpa). El clima estaba perfectísimo. Después, librería, encontrar en medio minuto ESE libro que estaba necesitando, mail de mi jefa reclamando nota de esta semana, pero ni le di bola; llamado de papá hipermolesto, pero idém, y así. Después, leer en la cama, que mi hermana me regale la mejor plancha de stickers known to man, y comida con mi mejor amigo…

En fin, esos días tan perfectos que no deberían existir, que son como publicidades de esa vida perfecta que no tenés, que no vas a tener nunca -porque no existe. Pero están esos días y, si todos fueran así, no entenderías nada y alguien que da un sermón diría: “si todos los días fueran así, no sabrías apreciar los días ASÍ” -y no lo bancaríamos, porque nos torran los sermones.

Además, está la promesa de que mañana no va ser un buen día; va a ser un día engorroso por demás, lleno de cosas que no quiero hacer, que no quiero enfrentar. Mañana será un día que, antes de que ocurra, me gustaría eliminar del calendario -haría lo mismo con la mayor parte del jueves que se avecina, pero mañana va a ser peor. ¿Mañana es mejor? No, Luis Alberto, mañana, justo mañana, es mucho peor.

1 comentario:

Yours Truly dijo...

A mi no me mandas mails asi, ni siquiera cuando estamos miles and miles away! Igual te perdono por el temita de la demora de la carta de cumpleaños (como vos a Stefy).
Loved it, vibes of envy are being sent out to the happy recipient of these words of wisdom (& charm).