sábado, 3 de julio de 2010

Witness Protection Program


Nunca jamás en mi vida me referí a un hombre con el que salía por su verdadero nombre. Never happened. Tal vez debería probarlo, ver qué se siente, pero no, no me animo. Me agarra una paranoia terrible y de repente soy Mata Hari o estamos todos en un programa de protección de testigos. Razón por la cual, tuve el agrado de salir (en orden aleatorio) con:

Voldemort (thy who shall not be named)

Boring Lawyer

Brandon

Romeo

Carterita

Chuck

Disney

Montecristo

Maca

El español

El otro español

El nabo ese (en mil versiones, varias con palabras más soeces que no me gusta decir públicamente)

El potro este (dos mil versiones, se podrán imaginar, a veces con el agregado de: “que no me da bola” o más optimista: “que todavía no me da bola.”)

El que escribía su nombre asy con Y (en mi defensa una sóla vez)

El cineasta

El modelito

El economista

El de los mails

Vacaciones

MM (no, éstas no eran sus iniciales.)

Handy Andy

El hippie

9

(give or take a few)

Obviamente, ellos nunca supieron de la existencia de esta nomenclatura y gracias a eso todo fue mucho más discreto y entretenido.

Ah y otra cosa que jamás hice ni haría es decirles por su sobrenombre, apodo clásico, o nombre acortado. Es decir que si te llamás Santiago, por ejemplo, y salís conmigo empezá a olvidarte de que te diga “Santi.”

4 comentarios:

SantitAh dijo...

Jajajaj ha de ser todo un dilema eso!
Y como se supone que les decías!?
Los nombres que se ponen las parejas a lo chancho, gordito, cuchi cuchi! etc etc.???

Eduardo Martín Gómez dijo...

Es que es muy aburrido tratarse por el nombre. No sé, me da cosa también. Demasiada seriedad...

ArielMun dijo...

Un lindo ejercicio a ver cuál era el menos menos, es enviarles la lista con el asuntejo: "Cuál de estos sos? Por que estás escondido acá, eh?" y fijarte cuántos atinan...

Lindo blog, acaba de esfumarse el ostracismo de mi oficina. Bien ahí.

Alex* dijo...

Sos muy Seinfeld.