Me acabo de dar cuenta de que a causa de un malentendido con mi agenda colorada, inglesa y lindísima de The Economist, voy a pasar Pascua y la mayor parte de Semana Santa sola, completamente sola, en un cuarto de hotel, en una ciudad extranjera, que ni siquiera es de mis preferidas. Yo sabía que era una perra corporativa y que, tarde o temprano, me iba a querer complicar la existencia como solo las perras corporativas pueden hacerlo.
Lo peor de todo es que, como a cualquiera que alguna vez fue niño, ¡me encanta Semana Santa! Siempre me pareció una brillante excusa para una mini vacación inventada (dos feriados locos), no comer carne una semana (si no tenés ganas, porque sino qué más da, es muy obvio que si Dios es todo eso que dicen que es no le puede importar menos lo que comés o dejás de comer), y lo mejor de todo: comer infinitos chocolates con formas graciosas. La parte religiosa, siempre me freakeo bastante, es espantosa, convengamos. Ahora, creo que me olvide gran parte y el resto me tiene sin cuidado, gracias a Dios tengo un solo recuerdo de misa de Pascua, y es eterno y aburridísimo así que me alegro de que sea el único.
Nada de todo eso importa ahora, la cuestión es que muchos de mis recuerdos más entrañables (¿así se traduce “my fondest memories”?) tuvieron lugar durante esa época del año. Estadías largas en el campo con búsqueda de huevos incluida; el año que me regalaron la muñeca de chocolate tamaño real; llevar al colegio, en el lunchbox, un huevo rosa de plástico relleno de M&M´s y todo tipo de maravillas por el estilo. Después vienen los años en los que no podía comer chocolates (don´t ask) y contra todo pronóstico nos pusimos más pascuales que nunca; llenábamos la casa de adornos alusivos: conejitos y huevitos de colores (solo en Alparamis, obviamente). Mamá nos hacía buscar, como si fueran huevos, otros regalos copados. Un año me toco un anillo re lindo con una piedrota bordeaux, otra vez un cd de los RHCP o alguna banda teenager por el estilo, y así.
Y este año: alone for easter, in a foreign city. This is how I think it´s gonna go: Va a ser un domingo gris y frío, igual al último que pasé ahí. Voy a estar sola, en pijama, en mi cuarto de hotel, rodeada de envoltorios de deliciosos huevitos Lindt, juntando fuerzas para ir, también sola, al cine en algún momento o algo. Voy a ser como esas estrellas de cine en decadencia que pasan sus días en bata, en cuartos de hotel. Voy a ser como la mina del cuento de Lorrie Moore que vivía en la que había sido su ciudad, antes de Hollywood, en un cuarto deprimente, de un Holiday In más deprimente, solo que mi hotel va a ser de una estrella más, el resto: idéntico. Ah, y sin el piano.
5 comentarios:
Yo soy de los que se enteran que es semana santa cuando falta un día. Nunca me grabe la fecha, igual jamás e intentado grabarmela.
Sí, soy de comer chocolate, de comer carne -aunque me miren mal por eso-. Es un festejo raro: no es un festejo en sí, sólo se trata de comer chocolate y no comer carne, ir a misa ( años sin ir) y ver "La Pasión de cristo".
Suerte con tu semana santa. Ojalá se te cambie el plan.
Saludos C!
Encontrá el lado positivo for god's sake!
Pensá en las epifanías que puede tener una mujer sola en un cuarto de hotel comiendo chocolate (Lindt)en el extranjero! Alejada de todo, además quizas conocés a alguien y te sumás a su festejo. Inventás una manera más divertida de pasarlo...
Por mi parte no guardo recuerdos de pascuas porque soy un tercio judía por lo que festejo Pesaj en lugar de pascuas católicas, (y buscaba el matzá en lugar del huevo de pascua aunque a veces las ideas se mezclaban y había de ambos)un tercio católica para navidad y el otro tercio creo que mi dios es la naturaleza en sí. (que filosófica me puse che..)
En fin.. Suerte también y saludos desde zoe's planet.
Z: qué divertido Pesaj! Y todas las festividades judías en general. Me encantan y me encantá el pan ese trenzado que no me acuerdo el nombre, totalmente adictivo. Tuve un novio judío bastante tiempo y me re divertían las festividades, creo que yo me emocionaba y me lo creía más que él.
No te preocupes, yo SIEMPRE encuentro el lado positivo, la forma de divertirme, jamás me aburro. Pero este blog últimamente se trata un poco de eso: quejas y self pitty, nada que ver con como soy en la vida real, pero es un punto de partida para la escritura que estoy usando estos días (para el blog) no pasa de ahí. Ya vendrán días en los que tal vez la vida me sonría más y mi casilla se llene de mails divertidos, y escribiré sobre eso o sobre otras cosas tan felices que empalagan. Pero, por ahora, hay esto que tiene su parte disfrutable, no? Quejarse, no bancarse a nadie, ser un personaje de Lorrie Moore y todo eso…
Besos y gracias a todos por leer y comentar siempre!!!
jaja, entiendo tu inspiración y es una de mis entradas favoritas
Una verdadera miseria tu vida :)
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